Quizá suene muy frío e insensible querer sacar provecho de algo tan triste como un caos,ó de una pandemia,como la que estamos viviendo actualmente,pero en nosotros está la fortaleza de reconstruirnos y seguir adelante,se la llama resiliencia y podríamos decir que es un don,no todo el mundo puede adaptarse a los cambios y menos a los cambios que conllevan desdicha,calamidad ó desastre.
Seguramente muchos psicólogos están trabajando como nunca con ésta situación,con personas que no tienen una mano de donde sostenerse,un techo donde dormir en paz ó una familia que espere su regreso,pero nosotros individualmente podemos hacer la diferencia,primero comenzando con sanar nuestro espíritu y prepararlo para continuar,también debemos colocar nuestro alma en un lugar donde consigamos la paz que necesitamos para que actúe en consecuencia nuestra mente y así darle la mano al caído.
Convengamos que en el presente no sólo se lo llama caído al pobre,sino al que ha perdido a un familiar, o su trabajo,al que enfrenta su vida con temor,quizá a quien a perdido su empresa,o descubrió en confinamiento que la persona que estaba a su lado no era el amor de su vida.
"Date la oportunidad de conocer la dignidad siendo digno"
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